En el mundo de la medicina existen diversos estudios que tienen como objetivo verificar el estado de salud de un paciente, siendo la resonancia magnética con contraste uno de los que suscitan mayores dudas.
Para remontarnos a los inicios de las pruebas de resonancia magnética hay que volver hasta los años 70, época en la que el doctor Raymond Damadian mostró al mundo como la resonancia magnética podía ser utilizada para dar con enfermedades, ya que los diversos tipos de tejidos pueden emitir señales que varían en su duración, en respuesta al campo magnético.
El doctor Damadian creó la primera máquina de resonancia en 1972 y desde entonces estos exámenes han evolucionado a tal punto que ahora es posible hacerse una Resonancia Magnética en Madrid o en cualquier otra ciudad de forma sencilla y efectiva.
De hecho, en la actualidad incluso existen variantes más avanzadas, como la resonancia magnética con contraste sobre la que hablaremos en este texto.
Índice de contenidos
¿Qué es la resonancia magnética con contraste?
La resonancia magnética con contraste es una prueba médica que se le realiza a pacientes con problemas que no pueden ser observados a través de las radiografías comunes y que necesitan una exposición más intensa para diagnosticar resultados.
El examen de resonancia magnética con contraste no requiere de una exposición a rayos X y sus resultados se evalúan por medio de imágenes que son transmitidas a un ordenador.
El agente de contraste en es este tipo de resonancias es una sustancia activa que está derivada del gadolinio y que se conoce como gadoversetamida
La gadoversetamida se inyecta, normalmente, a través del acceso intravenoso, antes de la práctica del examen y de esta forma se realzan los órganos, estructuras e incluso las lesiones.
El aspecto del realce, que se conoce como contraste en resonancia magnética, ofrece información específica que ayuda a conseguir diagnósticos más precisos, aumentando así la efectividad de esta evaluación.
¿Para qué sirve una resonancia magnética con contraste?
Las situaciones más típicas en las que puede indicar la realización de una resonancia magnética con contraste son: sospechas de tumores, aneurismas o lesiones nerviosas en el caso de la cabeza.
Por otro lado, en el área del tórax se usa para ver los posibles problemas de corazón y de las arterias más importantes. Incluso puede ayudar a detectar diferentes tipos de cáncer como el de mamá y pulmón.
En la zona pélvica y del abdomen, una resonancia con contraste sirve para diagnosticar ciertas enfermedades renales o del hígado, también puede dar con enfermedades en el aparato reproductor femenino.
También puede dar imagen de problemas en los vasos sanguíneos, en los huesos y en las articulaciones. A través de ella se pueden diagnosticar también problemas como la artritis, tendinitis o lesiones en los ligamentos.
¿Duele una resonancia magnética con contraste?
Una resonancia con contraste no produce dolor alguno en los pacientes que se someten a ella. Más allá de esto, el único inconveniente que puede existir en una persona que este realizándose esta prueba es que se siente incómoda al estar mucho tiempo inmóvil dentro de la máquina.
Efectos secundarios
En esta prueba el medicamento que más se usa para producir el contraste es el gadolinio, como ya explicamos en párrafos anteriores y a diferencia de las pruebas como el TAC (tomografía computarizada), este no es un elemento radiactivo.
Por lo tanto, los riesgos que existen es que una persona pueda tener una reacción alérgica al elemento introducido para el contraste. Aunque esto no sucede con frecuencia.
Cuando un paciente sufre una reacción alérgica al contraste, los síntomas son temporales y pueden ser: dolor de cabeza, sarpullido, vómitos y náuseas.
Generalmente, estos desaparecen tras un corto periodo de tiempo. De hecho, no es necesario llevar a cabo algún tratamiento.
Por otro lado, las personas son enfermedades o trastornos renales (problemas en los riñones) son más vulnerables a sufrir problemas más graves.
En estos casos, es indispensable que el médico o el especialista encargado de suministrar el gadolinio antes de la prueba tenga en cuenta los posibles problemas renales del paciente.
Aún no hay pruebas de que las personas embarazadas tengan problemas al hacerse este tipo de resonancia, pero se recomienda que las mujeres no sean expuestas al gadolinio en las primeras 24 semanas de gestación.
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