Un tatuaje, más que una pieza de arte plasmada sobre nuestra piel, es una herida que debemos curar. Durante el proceso de tatuado, la piel se encuentra bajo constante estrés que provocan las agujas, las cuales se encargan de penetrar la primera capa y permite que la tinta se aloje en la dermis.
Al ser una herida, es necesario seguir un tratamiento con la finalidad de prevenir complicaciones y reparar el daño hecho. En la mayoría de casos, la persona que nos ha tatuado será quien nos indique las primeras instrucciones a fin de que cicatrice de la manera correcta.
Ahora bien, en caso de que quieras realizarte un nuevo tatuaje o desees cuidar uno que ha sido hecho recientemente, hay algunas recomendaciones que nos ayudarán a enfrentar este proceso de la mejor manera.
¿Qué debo tener en cuenta antes de hacerme un tatuaje?
Sabiendo que estas pequeñas obras de arte nos acompañarán toda nuestra vida, lo más importante siempre será ubicar a un artista adecuado, el cual cuente con equipos de tatuaje profesionales y cumpla con las normas de higiene necesarias.
También es conveniente tener presente que nuestra piel se ve directamente afectada por la alimentación que llevemos, principalmente por la cantidad de agua que bebemos diariamente.
La cuestión es que, al estar deshidratados, la piel se encuentra más delgada y seca, por lo que lo mejor es ingerir suficiente agua, para favorecer la absorción de la tinta y, por ende, facilitar el trabajo al artista.
Por otra parte, debemos evitar consumir algunas sustancias anticoagulantes como el alcohol y la aspirina, mínimo 24 horas antes de la sesión. Esto ayudará a reducir la cantidad de sangrado que suele presentarse.
¿Qué tratamiento debo seguir después de tatuarme?
Una vez superado el momento de mayor tensión, es hora de curar el daño recibido. Inicialmente el dibujo debe taparse con un vendaje transparente y transpirable que permita protegerlo durante un tiempo aproximado de entre 4 a 5 días. Asimismo, debemos evitar transpirar en exceso y sumergirnos en piscinas o playas.
Cuando haya pasado el tiempo recomendado por el tatuador, debemos retirarlo con agua tibia y las próximas dos semanas lavar y humectar el nuevo tatuaje al menos un par veces al día será vital para lograr que sane en el menor tiempo posible. Además, necesitamos protegerlo de los rayos UV, evitando exponernos de manera directa al sol.
¿Qué sucede si no cuido bien mi tatuaje?
En caso de no cumplir con el tratamiento recomendado, podríamos experimentar algunos problemas como infecciones, descamación anormal cerca del área, inflamación en exceso o pérdidas de color. Todas estas son señales de que existe una infección que debe ser tratada.
Si estos síntomas continúan durante una semana o más, debemos consultar a un médico lo antes posible y pedir a este que nos recete medicamentos para hacer frente al proceso infeccioso, ya que, si la infección no se trata lo suficientemente rápido, puede tener consecuencias aún mayores para la salud.
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