El asma es una inflamación que obstruye los bronquios, las vías por las que el aire entra y sale de los pulmones. Durante un ataque de asma, los músculos que rodean los bronquios se contraen, causando el estrechamiento de las vías aéreas, lo que hace muy difícil respirar. El asma a menudo también produce una sensación de opresión y un sonido sibilante o ruidos en el pecho.
Un ataque de asma puede ser provocado por la exposición a un alergeno como el polen, los ácaros del polvo , las cucarachas o los animales peludos. Otros factores desencadenantes comunes son los irritantes presentes en el aire, como el humo y los vapores químicos, o los olores fuertes, como el perfume.
Ciertas enfermedades (en particular la gripe) y algunos medicamentos también pueden desencadenar un ataque de asma, así como también podría producirse por un ejercicio extenuante, condiciones climáticas extremas y en definitiva cualquier factor que pudiera cambiar los patrones de respiración normales.
En la siguiente infografía se muestra como actuar ante una de estas crisis de asma:
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